20.10.22

 

Sociedad, Inteligencia y Democracia

 

Parte I: La concentración natural de la inteligencia

 

 

 

 

 

·        La Inteligencia es el recurso más valioso en la Sociedad Moderna. En la Sociedad de la Información el proceso básico es el procesamiento de esta. Y para ello se necesita inteligencia. Y es este proceso el que hace a la inteligencia el recurso más valioso. Los premios a la inteligencia aumentan y la sociedad se ve cada vez más estratificada en escalafones cognitivos. Los premios mayores son a las inteligencias más altas.

 

 

·        La inteligencia es fuertemente genética. Es heredable en un 80%. Esto significa que es prácticamente inmutable a lo largo de la vida. Ningún esfuerzo   hecho hasta ahora para aumentarla por medio de la estimulación temprana ni mediante la intervención escolar ha dado ningún fruto. Que la inteligencia sea genética en su mayor parte e inmutable significa que las ventajas que otorga son permanentes.

 

 

·        Los individuos tienen la tendencia a casarse o emparejarse con personas afines (“emparejamiento selectivo”) en sus grupos de pertenencia. Los individuos de alta inteligencia tienden a emparejarse con individuos de alta inteligencia

 

 

·        Los hijos tienden a heredar el rango de inteligencia de sus padres y el de su grupo familiar.

 

 

·        Este proceso está creando una elite cognitiva (un continuo cognitivo con una elite de alta inteligencia en uno de sus extremos) que goza y gozará de las mayores ventajas y los más altos premios sociales.

 

 

·        El progreso de la sociedad (países) dependerá cada vez más de esa elite cognitiva, siempre y cuando, la sociedad esté basada en un sistema de libertad, abierto y competitivo

 

 

 

·        La desigualdad de premios entre los más inteligentes y los menos se mantendrá o, con más probabilidad, se acrecentará, pero el bienestar general aumentará

 

 

·        Precaución: Coartar la formación de esa elite cognitiva implicará el estancamiento y decadencia de la sociedad. Si en nombre de la igualdad se limitan los premios para los individuos de alta inteligencia (la elite cognitiva), toda la sociedad (sus miembros) se verá afectada con estancamiento y decadencia. Sin embargo, a las personas de notoria baja inteligencia y que debido a esta circunstancia lleven un muy bajo nivel de vida, se les debería ayudar y producir una cierta redistribución de ingresos. Su condición es inmanejable para ellos.

 

 

·        El desafío democrático: La democracia se basa en el gobierno de las mayorías y la elite cognitiva, por definición, es minoritaria. La tentación de coartar los premios a la elite cognitiva será (es) grande (populismo) y, por ende, el peligro de estancamiento siempre estará (está) presente. Se ganan Gobiernos prometiendo igualdad y se pierden Gobiernos por no conseguirla. El peligro radica en que la mayoría puede (ya lo hace) preferir estancamiento y pobreza con igualdad que progreso y bienestar con desigualdad. Los líderes políticos, que pertenecen en su mayoría a la elite cognitiva saben perfectamente que el discurso de la igualdad les conseguirá poder, o sea, su premio (el premio de los políticos es el poder) La Izquierda política promete igualdad atacando y coartando a la elite, la Derecha política promete igualdad ofreciendo oportunidades para que todos puedan pertenecer a la élite.  En la medida en que la desigualdad está producida por diferencias en la inteligencia ambas promesas serán promesas incumplidas. De ahí se sigue que la actividad política en las democracias modernas se basa, en el peor de los casos, en una mentira o en una ilusión, en el mejor. Lo paradójico del caso es que esta mentira o ilusión ha permitido vivir en relativa paz. Hasta ahora. Esta es una de razones por la que la teoría de evolución y la genética conductual son consideradas peligrosas (por el mundo político e intelectual, incluyendo a la mayoría de los científicos sociales) porque atentan contra esa mentira o ilusión. Es probable que, en ese sentido, tengan razón. Lamentablemente para ellos y, quizás, para la vida democrática, la ciencia no se puede coartar y siempre avanza. Este será uno de los mayores desafíos que los líderes políticos tendrán que afrontar más tarde que temprano tomado en cuenta la velocidad en que avanza el conocimiento científico precisamente en esta sociedad del conocimiento e información: la verdad saldrá a la luz destruyendo la ilusión de la mayoría de las personas. El desafío para los líderes políticos consistirá en cómo guiar a la sociedad por una democracia que respete la dignidad moral y los derechos igualitarios de todas las personas (única igualdad posible, ya que no depende de capacidades cognitivas de las personas) al mismo tiempo que se acepte que el progreso depende de la mantención de la desigualdad producida por la inteligencia y que la elite cognitiva es el recurso más valioso con que esa sociedad cuenta. La pregunta es: ¿estarán a la altura? De la respuesta a esa interrogante dependerá el futuro democrático de los países y sociedades. Si el comportamiento pasado sirve para predecir el comportamiento futuro no tengo razones poderosas para el optimismo.

En la siguiente entrada, la II parte, analizaré un hecho aún más preocupante: las razones por las cuales la inteligencia está decreciendo en el mundo occidental y sus implicaciones para el futuro.

 

Eduardo Jiménez Munné